La Fundación Serena del Mar (FSDM) trabaja día a día para mejorar la calidad de vida de cada una de las personas de las comunidades de Manzanillo del Mar, Tierra Baja y Villa Gloria, quienes son el motor de nuestro trabajo. Bajo el eje de Desarrollo Social, la educación para niños y jóvenes es un pilar que guía la gestión de la Fundación y por eso, cuando uno de los miembros de nuestras comunidades cumple sus metas, para nosotros es motivo de orgullo ser parte de la historia de esa persona.
Diana Paola Ayala Jimenez, es una mujer símbolo del esfuerzo y el trabajo duro, logrando todo lo que se ha propuesto y hoy queremos contar su historia y trayectoria que es un ejemplo para todos los miembros de nuestras comunidades.
Manzanillo del Mar vio nacer a Diana en 1998 y desde entonces ella fue participe de actividades y proyectos llevados a cabo por la Fundación Carlos y Sonia Haime y posteriormente por la FSDM. Así como toda su familia, siempre ha sido cercana al proyecto.
En 2014, recibió la beca Marlene Haime y con este impulso, Diana logró convertirse en el 2019, en la primera enfermera profesional que se graduó gracias al programa de becas de la Fundación. Durante su etapa de estudio recibió tres reconocimientos por su compromiso y desempeño: Mención al Mérito Científico por la Corporación Universitaria Rafael Núñez, Mención al Mérito en Proyección Social por la misma institución y el Reconocimiento Rafael Núñez al Mérito Académico por su excelente desempeño y calificaciones obtenidas durante su carrera profesional.
Según Diana, el camino a ser profesional estuvo lleno de retos que con el tiempo fue superando para llegar a su meta: obtener su graduación. “Mientras realizaba mi práctica profesional tenía que movilizarme bastante lejos de mi Universidad y de mi comunidad, sin embargo tenía claro cuál era mi meta y que lo que hacía era un pequeño sacrificio para obtener una recompensa mayor” nos cuenta.
Y es que además de lograr sus objetivos profesionales, Diana también tuvo la oportunidad de salir del país para aprender y complementar su formación académica. En 2018, viajó a México y Perú en intercambios gracias al programa Delfín y la organización AIESEC. “Otro de los retos más grandes que tuve fue cuando viajé fuera de Colombia. Tuve que aprender a desapegarme de mis padres, pero tenía claro que al ser la primera vez que salía del país tenía que aprovechar esta importante oportunidad. Al final de este proceso me sentí satisfecha porque pude sacar lo mejor de cada viaje, pude aprender mucho y conocer otras culturas y personas que ahora hacen parte no sólo de mi vida sino también de mi círculo profesional” asegura Diana.
Su familia ha sido la motivación que ha impulsado sus sueños. Su hermano Juan Miguel, también fue parte del programa de becas de la FSDM en el que se graduó como profesional en Ingeniería Ambiental y actualmente, es el gestor social del programa ‘Verde Vivo’ en la zona norte de Cartagena, el cual se realiza en alianza con Grupo Argos y la Fundación Mamonal. Su padre trabaja en NC Agroindustriales del proyecto Serena del Mar y su madre, Nicolasa Jiménez, estuvo vinculada en los programas de formación de la fundación. Según Diana, llegar a este punto en su vida ha sido el resultado de su determinación y el acompañamiento de su familia: “le debo mi total agradecimiento y dedico este logro a mis padres y a mi hermano. Llegar a cumplir mi logro hace parte de los sacrificios y apoyo de los que me quieren, así como de la firme decisión de tener un mejor futuro”.
Aunque ha cumplido muchas metas y proyectos, Diana aún no ha parado de soñar. Hoy se encuentra a portas de iniciar su rural y tiene en mente hacer una especialización como enfermera perfusionista, que le permitiría estar en cirugías como las de corazón abierto.
Diana es la clara muestra que con determinación y sueños claros se puede lograr llegar lejos. Ella tiene un mensaje para los jóvenes, que como ella, quieren contribuir con sus comunidades. “Deben prepararse, salir adelante y estudiar la carrera que más les guste. Deben aprender a aprovechar las oportunidades que llegan especialmente en una comunidad como Manzanillo del Mar. Hoy puedo ser ejemplo de que los sueños sí se cumplen y que todo se basa en los sacrificios que estamos dispuestos a hacer”, finaliza.
Desde la Fundación Serena del Mar estamos muy orgullosos de ver el éxito de cada uno de los miembros de nuestras comunidades. Queremos seguir siendo parte del proceso de cada uno de nuestros niños, niñas y jóvenes para que en el futuro puedan ser ciudadanos que contribuyen al desarrollo de sus familias y comunidades.