Por: Juan Miguel Ayala

La zona norte de Cartagena de Indias es reconocida por aún conservar grandes extensiones de ecosistemas naturales, algo que en la urbana es muy difícil de ver debido a los desafíos que hoy enfrenta.

Entre los ecosistemas que podemos encontrar en la parte norte de la ciudad se destacan el manglar y el bosque seco tropical; que por muchos años han brindado sus servicios ambientales a las comunidades asentadas en medio de ellos o en sus alrededores.

En los últimos años, Cartagena de Indias ha crecido y la zona norte no ha sido ajena a esta realidad, lo que ha traído consigo presiones sobre los ecosistemas mencionados, como mayor utilización de los recursos, minimización de la cobertura vegetal y de la fauna silvestre y mayor generación de residuos sólidos. A esto debemos sumarle la falta de sentido de pertenencia o conciencia ambiental de muchos de los habitantes de las comunidades, quienes lamentablemente ocasionan que el deterioro ambiental sea mayor.

La educación ambiental es una de las herramientas más poderosas a la hora de atacar esta problemática. Concientizar y empoderar a las personas de sus territorios y de lo que hay en ellos es la mejor estrategia para minimizar los impactos ambientales y hacer crecer en los habitantes de la zona norte de Cartagena la semilla del desarrollo sostenible.

Es entonces cuando Verde Vivo cobra un rol importante, como un proyecto que busca generar conciencia ambiental en niños y jóvenes estudiantes, para que, como nuevos líderes y multiplicadores, se conviertan en el puente que conduce a la educación ambiental en nuestras comunidades.

No podemos olvidar el papel que juegan instituciones u organizaciones como la Fundación Serena del Mar, que contempla entre sus apuestas la conversación del entorno ambiental y el apoyo a iniciativas comunitarias encaminadas al mejoramiento de la calidad de nuestros ecosistemas.

Cambiar la mentalidad de las personas no es un trabajo fácil. Es por eso que todas estas iniciativas y formaciones deben continuar vivas, hasta que logremos que nuestras acciones, en el hogar, en la escuela, en el parque y demás, sean respetuosas con el ambiente, pasen de una generación a otra y se conviertan en un nuevo estilo de vida.